La edificación, situada en el paraje de los montes de Pereila, destaca por su decoración de estilo barroco. Hasta este lugar llegan todos los años miles de personas que celebran la romería en honor a la Virgen.
La ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta de Coín ha sido declarada como Monumento, de forma que se pone en valor uno de los lugares más emblemáticos de la localidad, hasta el que peregrinan miles de personas devotas de la patrona del pueblo.
El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía ha sido el que ha aprobado la inscripción de la ermita en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Monumento. La edificación, fruto de sucesivas reformas y ampliaciones realizadas entre los siglos XVI y XVIII sobre un antiguo templo rupestre mozárabe, destaca por su decoración de estilo barroco.
Esta mañana, la concejala de Cultura y Patrimonio, Isabel Urbaneja, ha manifestado su satisfacción por la declaración de monumento y ha indicado que, de este modo, “se garantiza el futuro de la ermita y su protección al contar con esta nueva catalogación”. La edil también ha recordado que todo el llano de la ermita ya contaba con la declaración de BIC (Bien de Interés Cultural) y ahora esta figura vuelve a poner de manifiesto la importancia de esta edificación y su entorno.
La ermita de la Virgen corona uno de los montes de la zona de Pereila y destaca por su larga nave cubierta con bóveda de medio cañón muy rebajada, con seis tramos a los que se adosan el presbiterio, el camarín y un atrio. Por el lado del Evangelio destaca la sacristía, desde la que se puede ver la antigua cueva donde, según la leyenda, se habría aparecido la Virgen.
Los valores ornamentales del inmueble son patentes en el presbisterio, con un florón rodeado de roleos engarzados; el camarín de la Virgen, de planta octogonal y con pilastras que muestran yeserías de lazos, racimos y placas recortadas, y la capilla mayor, elevada respecto a la nave y con una bóveda de arista decorada por yeserías vegetales, florón y grutescos.
La ornamentación del interior contrasta con la sencillez de las fachadas, de mampostería encalada y enfoscada. La portada se corona con una espadaña rematada con frontoncillo triangular, mientras que los laterales destacan por los contrafuertes de la reforma llevada a cabo en el siglo XVIII.
La protección otorgada por el Consejo de Gobierno a la Ermita de la Fuensanta incluye también los bienes muebles que se conservan en el interior. Entre ellos figuran una escultura de Jesús Caído del siglo XVII; otras dos de santos datadas en el XVIII, y 14 litografías del siglo XIX con escenas del Vía Crucis.
A su interés arquitectónico y artístico, el nuevo monumento añade el valor etnológico de las romerías a las que está vinculado: el primero de mayo la imagen de la patrona de Coín, una talla gótica arzonera (para ser portada en arzón, a caballo) se traslada a la ermita y regresa a la localidad en la peregrinación del mes de junio, evento de gran arraigo entre la población y ocasión de reencuentro para muchos coineños emigrados. Según la leyenda que sustenta esta tradición, la Virgen se habría aparecido en una cueva cerca de una fuente, de donde surge la denominación de Fuente Santa o Fuensanta.
La inscripción como Monumento de la ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta afecta a todo el edificio y también incluye el entorno de protección adicional necesario para salvaguardar sus vistas y la presión urbanística de los alrededores.
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