Las calles Málaga y Coín en Sant Boi de Llobregat son la muestra de la unión existente entre la provincia y el municipio barcelonés. Allí emigraron centenares de coínos en los años sesenta en busca de un trabajo atraídos por el desarrollo industrial de la zona. El alcalde del pueblo malagueño, Gabriel Clavijo, estima que ahora puede haber unos 2.000 paisanos suyos en Sant Boi, ciudad con la que Coín se hermanó en la década de los ochenta y con la que mantiene un intercambio político, cultural y social constante desde entonces.
Entre Ardales y Blanes (Gerona) ocurre lo mismo. Ambos municipios se hermanaron a finales de los noventa y tal es la relación que el Ayuntamiento malagueño aprobó una moción en 2009 para promocionar el catalán en el pueblo y solicitar a la inclusión de esta lengua en las Escuelas Oficiales de Idiomas de Andalucía.
 
El importante número de malagueños de Cañete la Real en Sant Sadurní d’Anoia (Barcelona) también propició el hermanamiento de las dos localidades.
 
Fuente: diariosur.es